El corredor noreste ha sido una gozada. Con piolet y crampones y huella recién hecha, hemos subido con esquís a la chepa hasta la cima. Ibamos a iniciar el descenso desde la misma cima con esquís y al calzarse, Javier Fernández se ha dado cuenta de que llevaba la fijación rota, uno de los cuernos de la talonera había reventado. Para no escuernarse (al faltarle un cuerno), Javier bajó el primer tramo con crampones y el resto esquiando desde la cima. A pesar de que faltaba un cuerno, pudo completar la etapa íntegramente (a veces la talonara iba suelta en descenso, tipo telemark).
Tras la bajada del Royo, vamos hacia el Culibillas y su arista. Después pasamos a la vertiente sur, bajando a un gran llano escondido para subir luego, tras otra arista más al Arroyeras. Allí empezamos a bajar hacia el polvo prometido (algunos por un buen polvo son capaces de cualquier cosa). Lo que nos habían prometido se cumple y allí estaba el polvo, perfecto, esperandonos tras días y días sin nevar.
Descenso hacia el barranco de culibillas, paso del arroyo y focas de nuevo para subir, subidos en las tablas y con unas vistas panorámicas extraordinarias, al último pico, a la Punta de la Garganta (dedicado a Luís Royo, que hoy la lleva tan mal que tiene que comunicarse escribiendo y con gestos). Descenso hasta el mismo coche por un divertido barranco.
Corredor noreste al pico Royo
Arista cimera al Arroyeras (que frío, ya está entrando el frente)
1 comentario:
Hola si lo se me voy con vosotros, aun con los esquís de alpino!!
saludos.
Ricardo.
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